“Los archivos del Pentágono”

Este filme basado en una historia real y dirigido por Steven Spielberg fue aclamado por la crítica, e incluso el mismo año de su lanzamiento consiguió una amplia lista de nominaciones.

Luchar por la libertad de expresión y la lucha por la libre emisión y recepción de información es lo que llevó en 1971 a The New York Times y The Washington Post a publicar archivos en los que se evidenciaba el encubrimiento de secretos por parte del gobierno. Estos documentos contenían información perteneciente a cuatro décadas y cuatro Presidentes de Estados Unidos y más concretamente a sus decisiones en torno a la guerra de Vietnam.

Cuando The New York Times publicó parte de los famosos archivos el poder quiso detener su publicación hasta el punto de llegar a los tribunales. El Washington Post todavía no era una publicación de gran relevancia como la conocemos hoy en día, pero gracias a conseguir el resto de los papeles que destapaban todas las mentiras de los presidentes y publicarlos, consiguieron un gran reconocimiento. La dura decisión de Katharine Graham, directora de este periódico, para publicar dichos documentos hizo que tanto The New York Times y The Washington Post llegasen al Tribunal Supremo con riesgo de cárcel. Pero la libertad de información gana la batalla.

No ceder ante el poder y luchar por la libertad de información es lo que verdaderamente debería ser el periodismo. Las decisiones que afectan a un país, y a miles de vidas deberían ser conocidos por toda la ciudadanía. Un presidente está para tomar decisiones por el bien de su pueblo, y con más razón debería exigirse una mayor transparencia.

Transparencia por parte de los que gobiernan y libertad para que los periodistas informen a la ciudadanía de cómo éstas pueden afectar a nuestras vidas es lo que necesita esta sociedad. Menos amistades y cenas con políticos solo para codearse con ellos. Establecer una distancia que nos permita publicar sin faltar a nuestra ética y sin publicar por el interés del poder.