¿Quién tiene de verdad el poder?

Tras el asalto al Capitolio el 6 de enero de este año tanto la cuenta de Twitter como la de Facebook suspendieron la cuenta del presidente de los estados unidos Donald Trump. ¿Qué supone esto? La respuesta es sencilla, se ha establecido un poder por encima de otro poder. Las plataformas digitales han censurado al presidente de un país, de la supuesta potencia mundial. Al presidente de un país en el que no existe la censura, pero esta situación no se acató a la legislación de ningún país en concreto sino a la de Google, Twitter, Facebook…

Hay alguien capaz de censurar al presidente de estados unidos y es alguien privado, particular, una empresa. Esto es un poder sin control porque hasta ahora el poder de Estados Unidos ha sido políticamente un ejemplo de “controles y equilibrios. Es decir, primero con la revolución inglesa se le quita el poder absoluto al rey. Con el Bill of rights se limita su poder absoluto, y tiene que compartir el poder con el parlamento. Se dan cuenta de que su poder no puede ser absoluto. Un siglo después ocurre lo mismo en Francia, en el XVIII. Se trocea el poder absoluto. Combaten el poder absoluto haciéndolo trocitos. Se van construyendo los sistemas liberales.

Llega la revolución americana que tiene menos aportaciones que la francesa, pero también tiene muchos componentes. Se reivindican y establecen que como poder no se puede ejercer ese poder absoluto y en eso hemos vivido todos estos años. Buscar un poder equilibrado, separado que no haya un poder absoluto.

Hay que cortarle los pies a Facebook, Twitter, … el enemigo son estas grandes plataformas digitales que tienen un poder absoluto, excesivo y que hay que dividir. Si como sociedad queremos seguir teniendo nuestras áreas de libertad, vivir en un mundo justo hay que empezar esta revolución. No se puede silenciar a nadie y menos a un presidente democráticamente elegido.

Lo primero es ser conscientes del problema, delimitarlo, y conocer las causas principales.