“Si no pagas por el producto es porque tú eres el producto”
- Sofía Bancoff
- 11 ene 2021
- 2 Min. de lectura
El documental de Netflix “The social dilemma” desvela realidades de las que verdaderamente no somos conscientes sobre las plataformas de internet

¿De verdad usamos las redes sociales de manera gratuita? ¿Cómo es entonces que las empresas ganan millones de euros? La sociedad no suele hacerse estas preguntas, pero la respuesta es muy simple a la par que compleja: nuestros datos son los que hacen que empresas como Facebook y Google sean de las más ricas y exitosas de todos los tiempos.
Como cuenta Roger McNamee, de los primeros inversores de Facebook, en “The social dilemma”, en los primeros 50 años de Silicon Valley, se hacían productos, hardware, software, que vendían a clientes, negocios sencillos. En los diez últimos años, las empresas más grandes se han dedicado a vender a sus usuarios. Pero ¿cómo lo hacen? Estas empresas, con tanto éxito y que generan tanto capital, tienen relativamente pocos empleados, pero tienen un ordenador gigantesco que genera dinero. Nosotros no pagamos por los productos que usamos, sino que son los anunciantes los que pagan. Por lo tanto, los anunciantes son el cliente y nosotros somos el producto.
El modelo de negocio de Facebook, Google, Instagram y demás plataformas está basado en mantener a la gente enganchada a la pantalla. Cuenta el ingeniero informático Justin Rosenstein que los anunciantes pagan a esas empresas a cambio de mostrarnos sus anuncios, por lo que seguimos siendo el producto. En este caso, nuestra atención es el producto que venden a los anunciantes.
La sociedad debe saber que todo lo que hace en internet se mira, se rastrea y se mide, todo se controla cuidadosamente y es grabado. Las plataformas que viven de esto lo saben todo sobre nosotros, nuestras rutinas, nuestros horarios, posiciones políticas…Tienen más información sobre nosotros de la que nunca se ha imaginado en la historia humana.
Muchas de estas empresas tecnológicas tienen 3 objetivos principales: el objetivo del engagement, que aumentes tu uso y que sigas haciendo scroll. El crecimiento, que vuelvas una y otra vez y que invites a todos tus amigos para que ellos inviten a más amigos. Luego está el objetivo de publicidad, que es asegurarse de que, mientras pase todo eso, ganen tanto dinero como sea posible de la publicidad. Cada uno de estos objetivos tiene sus algoritmos y su trabajo es averiguar qué te enseñan para que las cifras sigan subiendo.
Hay una disciplina y un campo llamado “growth hacking” o crecimiento acelerado. Ingenieros cuyo trabajo es acceder a la psicología de la gente para captar más, aumentar el crecimiento. Consiguen más usuarios, mas engagement, que invites a más gente.
Edward Tufte dijo: “Hay solo dos industrias que llaman a sus clientes “consumidores”: las de drogas y las de software”. Las redes sociales son una droga. Una droga que ha avanzado a un ritmo muy acelerado. La gente no ve que estas plataformas ya dirigen el mundo.
Lo más importante para combatir que estas plataformas sigan afectando a nuestro día a día, a nuestras decisiones y a las decisiones globales es una voluntad colectiva. Desactiva las notificaciones, no aceptes un video recomendado en YouTube, decide tú siempre. Esta es una forma de luchar. Pero la mejor sin duda es recibir información diferente en tu vida y crear tu propio criterio.
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